Un modo de vida
Pasión transmitida
de padres a hijos
Los hermanos Saúl y Benjamín somos la quinta generación de viñerones, cuyo origen se remonta más de un siglo y se ha dedicado plenamente al cultivo del viñedo, generación tras generación, transmitiendo esa cultura con pasión.
Jose Luis Gil y Gloria Berzal, nuestro padre y nuestra madre, ambos hijos de los viticultores/as antes mencionados, conocieron el amor entre viñedos y crearon una familia y una bodega donde hoy siguen colaborando con nosotros.
Quinta generación de una familia apasionada
y comprometida de viñerones
Ya en el año 1936, nuestros abuelos/as Luís Gil y María Coca y Jose Luis Berzal y Gloria Troncoso elaboraban con esmero y cariño vinos de gran calidad que la familia aún conserva. Y antes de ellos nos remontamos a dos generaciones más.
Saúl y Benjamin nacimos y crecimos rodeados de viñedos, lagares y barricas. Lo que forjó nuestro carácter y entusiasmo por la viña. Con los aromas de la fermentación impresos en nuestros cerebros desde niños, hoy somos nosotros los que continuamos con la tradición familiar para conservar la filosofía y los entramados que hacen de nuestra manera de elaborar; unos vinos genuinos.
Viñerón
Agricultura, artesanía y arte.
Agricultores: Solo un productor que trabaja directamente el viñedo de forma natural puede obtener una uva realmente sana y que mantiene intactas todas sus propiedades. Estar en contacto con la naturaleza y con sus procesos vitales sin elementos sintéticos y químicos. La base es pisar y trabajar la viña.
Artesanos: Son las habilidades artesanales desarrolladas con precisión las que permiten desarrollar un proceso que no degrada ni la materia prima ni el producto resultante. La emoción como resultado.
Artistas: Solo una sensibilidad artística es capaz de interpretar, capturar, valorar y trasladar el alma de un producto y un territorio. Además está presente en todos los procesos, desde la viña hasta el diseño de las etiquetas pasando por todos y cada uno de los procesos. El vino como un arte.
